Lima, junio de 2025.- Miles de padres peruanos sostienen a sus familias con esfuerzo silencioso desde los campos del país. En las zonas rurales, donde la informalidad laboral y el acceso limitado a servicios financieros son parte de la vida diaria, los padres rurales emprendedores cumplen un rol clave como gestores, proveedores y ejemplo para sus comunidades.
En este contexto, las microfinancieras están desempeñando un papel cada vez más relevante para impulsar la inclusión financiera y fortalecer las economías familiares. Según el informe técnico Estadísticas con Enfoque de Género del INEI de 2024, el 50,8% de hogares liderados por hombres en áreas rurales accedieron a programas alimentarios, con un incremento de 4,9 puntos porcentuales. Este dato refleja cómo el respaldo institucional puede marcar la diferencia para miles de hogares.
Jorge Siu, gerente de Administración y Finanzas de Los Andes, destaca cinco formas en que las microfinancieras están ayudando a los padres rurales a impulsar sus economías familiares:
Jorge Siu, gerente de Administración y Finanzas de Los Andes, destaca cinco formas en que las microfinancieras están ayudando a los padres rurales a impulsar sus economías familiares:
- Financiamiento para campañas agrícolas y ganaderas
Créditos de capital de trabajo que brindan recursos en momentos estratégicos como la siembra, la cosecha o la compra de insumos, con modalidades de pago adaptadas a los ciclos productivos. - Créditos agropecuarios especializados
Productos diseñados para financiar desde la compra de semillas hasta la construcción de infraestructura ganadera. Los Andes, por ejemplo, ofrece montos flexibles, plazos largos y periodos de gracia ajustados al flujo estacional. - Formalización y generación de historial crediticio
Trabajar con entidades microfinancieras permite a muchos padres rurales generar un historial crediticio que les abre puertas a seguros, préstamos mayores y programas estatales o cooperativos. Así, fortalecen su autonomía financiera. - Ampliación de cobertura rural
La expansión de oficinas y alianzas estratégicas en zonas altoandinas y de difícil acceso ha facilitado que más padres rurales puedan integrarse al sistema financiero y fortalecer sus capacidades de ahorro e inversión.