• Solo el 13% de los cargos en directorios de empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima están ocupados por mujeres.
  • En Los Andes, la participación femenina en el directorio es una realidad que ya está marcando una diferencia.
Lima, julio de 2025.– Solo el 13% de los puestos en directorios de empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima están ocupados por mujeres. La baja participación femenina en los espacios de toma de decisiones corporativas refleja una brecha estructural que aún persiste, pese al avance normativo y social de los últimos años. Frente a esta realidad, instituciones como Los Andes vienen demostrando que incorporar talento femenino en los órganos de gobierno no responde a una demanda reputacional, sino a una lógica empresarial con impacto tangible.
ai-generated.jpg

Image by abdulla alyaqoob
Actualmente, el 70% del Directorio de Los Andes está conformado por mujeres. Esta composición ha permitido fortalecer la mirada estratégica de la institución, enriquecer la calidad del análisis en temas clave y consolidar una cultura organizacional alineada con las transformaciones del entorno. La diversidad de perfiles no solo amplía el enfoque con el que se abordan los desafíos, sino que mejora la capacidad de anticipación y gestión del riesgo.

“La participación femenina en los directorios incorpora sensibilidad hacia temas que hoy son críticos para la sostenibilidad de cualquier organización: el desarrollo del talento, la evaluación de impacto, la inclusión financiera o la cercanía con los grupos de interés”, señala Olga Lucía Martínez, directora independiente del Directorio de Los Andes. Para ella, una gobernanza plural permite construir decisiones más informadas, balanceadas y coherentes con la realidad del país.

Uno de los aportes más consistentes de contar con mujeres en espacios directivos —según Martínez— es su capacidad para promover culturas organizacionales más colaborativas, con mejores lecturas del entorno social y mayor coherencia entre el discurso y la acción. “En Los Andes, esta presencia ha sido clave para robustecer decisiones vinculadas a la inclusión financiera rural, el diseño de productos con enfoque de género y la medición efectiva del impacto social”, añade.

En el caso de Los Andes, este enfoque ha sido determinante para consolidar estrategias en zonas rurales, diseñar productos con enfoque de género y medir resultados más allá de los indicadores financieros. Una gobernanza diversa, cuando se traduce en decisiones operativas y no solo en cifras, puede generar valor en todos los niveles de la organización.

Sin embargo, aún son pocas las entidades del sistema financiero peruano que han logrado integrar verdaderamente la equidad de género en su estructura de poder. La mayoría de los avances sigue concentrado en iniciativas de responsabilidad social o programas internos de liderazgo femenino, pero no en la composición real de los directorios. La experiencia de Los Andes plantea una excepción que merece ser analizada con mayor profundidad: ¿qué condiciones institucionales y culturales permiten que una entidad incorpore mayorías femeninas en su más alto nivel de gobierno? Y, sobre todo, ¿cómo se traduce eso en decisiones concretas sobre crédito, inclusión o expansión?

Según datos de BID Invest, solo el 15% de los puestos en directorios de entidades financieras en América Latina están ocupados por mujeres, una cifra que se ha mantenido estancada en la última década. A nivel global, el promedio es de 23%, de acuerdo con el informe Women in the Boardroom de Deloitte. En el caso peruano, el 13% de representación femenina en los directorios de empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima confirma que el problema no está resuelto.