La incineración del cadáver del genocida se realizó esta madrugada en el Hospital Centro Médico Naval del Callao


Los restos del sanguinario cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, fueron cremados esta madrugada en el Centro Médico Naval del Callao luego de 13 días de espera en la Morgue Central.

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En ese marco, efectivos de la Policía Nacional, miembros del SUAT y de la UDEX resguardaron los alrededores del lugar, donde llegaron los ministros Aníbal Torres de la cartera de Justicia y Juan Carrasco Millones, titular del Interior, así como también al fiscal encargada del caso.

Cabe destacar que solamente el Ministerio Público será quienes decidan sobre lo que se hará con las cenizas del cabecilla terrorista, manteniendo la información en reserva para que se pueda evitar cualquier tipo de apología al terrorismo y resguardar la seguridad nacional.

Según informó el Ministerio del Interior, a las 03:20 de la madrugada del 24 de setiembre habría iniciado la cremación del cuerpo de Guzmán Reinoso, suceso culminó a las 05:30.

Cabe recalcar que el Ministerio del Interior realizó las acciones de apoyo al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para la dispersión de los restos cremados con tiempo y lugar de naturaleza reservada, tal y como lo indica la ley.

En la norma se establece el destino de los cadáveres de internos que venían cumpliendo condena por terrorismo y traición a la patria, en su condición de líder, cabecilla o integrante de la cúpula de organizaciones terroristas.

La ley dispone la cremación previa necropsia. Asimismo, se contempla en el caso del cadáver de un interno que venía cumpliendo condena, y cuya entrega, traslado, sepelio o inhumación, ponga en riesgo la seguridad nacional o el orden interno.

En la víspera, se conoció que el abogado de Abimael Guzmán, Sebastián Chávez Sifuentes, presentó una denuncia ante el Ministerio Público acusando que su defendido fue presuntamente asesinado.

El letrado había solicitado que la terrorista Elena Iparraguirre, esposa del fallecido a la que también patrocina, realice el reconocimiento del cadáver del genocida y sea entregado a la también senderista Yolanda Quiñonez Colchado, con el propósito de darle sepultura a sus restos “conforme a sus creencias”.

Abimael Guzmán falleció a los 86 años, el 11 de septiembre, en el penal de la Base Naval del Callao, donde cumplía cadena perpetua por el delito de terrorismo, al haber causado la muerte de más de 30 mil peruanos.