Mediante un comunicado, la empresa Tecnología de Alimentos S.A. (TASA), anunció el cierre definitivo de su planta de Samanco, la cual operaba desde el año 2003. La decisión fue tomada debido a procesos legales de desalojo que impiden su continuidad operativa, generando incertidumbre en las inversiones y en la seguridad que requiere la actividad industrial.
TASA_Difusion.png

TASA foto referencial
La planta, que cuenta con una carga laboral significativa en la zona, dejará de funcionar por motivos que son ajenos al proceso productivo, según se señala en el documento difundido a su masa laboral. En el mismo se indica que, pese al cierre, la empresa mantiene su compromiso con sus principios culturales y que los trabajadores vienen recibiendo propuestas para que puedan tomar la mejor decisión para ellos y sus familias.

El comunicado detalla que el cierre definitivo empezó a regir desde ayer lunes 25 de agosto de 2025. Nuestro medio pudo conocer que los problemas legales mencionados por TASA estarían relacionados con la empresa Casamar, compañía con la que mantiene un conflicto que se ha agudizado en los últimos meses. Cabe recordar que en junio del 2024 la Capitanía del Puerto de Chimbote dispuso una suspensión de operaciones a TASA por instalar estructuras en zonas no autorizadas, situación que ya había generado controversia en Samanco.

Además, en los últimos años la pesquera ha estado en el centro de cuestionamientos ambientales por pesca incidental y presuntas incongruencias en sus reportes de captura, aunque procesos sancionadores fueron archivados por el Ministerio de la Producción al considerar diferencias metodológicas. Estos antecedentes generan un escenario de mayor complejidad en la relación de la empresa con las autoridades y con la comunidad local.

El impacto del cierre aún no ha sido dimensionado, pero se teme que afecte directamente la economía de Samanco, una localidad dependiente del sector pesquero. En 2016, una situación similar ocurrió con la planta de Pesquera Diamante, que dejó a más de un centenar de trabajadores sin empleo, lo que evidencia la vulnerabilidad de la zona frente a este tipo de decisiones empresariales.

En redes sociales ya se han difundido opiniones críticas respecto a la decisión de TASA. Sin mencionar directamente, varios usuarios responsabilizan a otra empresa , señalándola como una compañía que “no aporta al desarrollo de la comunidad” y que habría sido factor determinante en el cierre definitivo del centro operativo.