Catedrático de Biología en Acuicultura UNS difunde investigación sobre la recuperación ambiental de bahía El Ferrol, y advierte grave problema.

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La erosión en la bahía El Ferrol sigue ganando terreno y hasta el momento no hay acciones concretas para contrarrestar este grave problema. Dos ejemplos claros son la nueva obra del malecón frente a la urbanización La Libertad y el espacio que colinda con el complejo de Enapu, donde el agua de mar ya “consumió” la playa.

Una investigación que realizó el catedrático principal de la escuela de Biología en Acuicultura de la Universidad Nacional del Santa, Dr. Rómulo Loayza Aguilar, difundido en la revista científica Arnaldoa, pone en evidencia el avance de la erosión desde la zona industrial hasta la playa La Caleta.

El estudio también abarca la contaminación de la bahía que se inició desde mediados de los años 50, cuando emergió la industria pesquera y siderúrgica, las cuales dejaron un pasivo de 54 millones de metros cúbicos de lodo en el fondo y que no permite la recuperación bentónica (organismos enterrados).

Según el informe, al menos 2.5 metros de altura llega a medir en algunos sectores de la bahía los lodos orgánicos que se acumularon por más de 50 años. “Lo más probable es que la mitad norte de la bahía contenga estos lodos mezclados con metales pesados, y por tanto existe la posibilidad de que estos sean consumidos por las especies marinas y repercutan en la salud de quienes lo consuman”, explicó el docente.

Con respecto a la erosión, indicó que en 1976 se construyó un enrocado hecho con desmonte y en 1990 se colocó rocas; en el 2004 se construyó el enrocado desde el jirón G. Moore y el jirón Tumbes. Pero el problema se agravado tanto que se ha colocado un enrocado para proteger al enrocado frente a la plaza 28 de Julio.

¿A qué se debe este problema? Loayza explica que en la zona industrial hay una gran cantidad de infraestructuras portuarias que evitan la sedimentación. “Hay unos 11 muelles, uno de los cuales tiene casi un kilómetro de longitud. Esto evita que la deriva marina transporte arena de sur a norte. Si no se decide evaluar qué es más importante, como retirar algunas infraestructuras para desacelerar la erosión, en unos años veremos casas o losas debajo del mar”, advirtió.

“Un enrocado soporta el avance del mar, contiendo las olas, pero debido a que aguanta la energía que estas traen en cada golpe, se debilitan y necesita mantenimiento o un segundo enrocado, como actualmente ocurre frente a la plaza 28 de Julio. En el caso del malecón de La Libertad, creo que en dos años ya no habrá la obra. La erosión está en su punto crítico”, agregó.